martes, 3 de mayo de 2016

RELATOS MaF: MARÍA JOSÉ MÉRIDA, ALEGATO, LUZ, CÁMARA: ¡SE ESCRIBE!

 ALEGATO       

                             
                       
                           (Imagen de Internet)
                           
Cada mañana rebusca mendrugos de pan en la urbe maloliente y húmeda mientras arrastra su vida arañando  suspiros al viento, un mechón de color fosforito bailotea  sobre su frente surcada por el tiempo.
  Al llegar a la plazoleta  sus viejos huesos se reconfortan al cálido abrazo primaveral.  Una  banda sonora  de arrullos  acaricia sus oídos,  husmea en su viejo carro dispuesta a regalar unas migajas a quien nada más verla ya festeja el banquete,  sus torcidos dedos son ágiles  y en pocos segundos se encuentra estirando sus faldas y palmoteando  con viveza.   Dos hombres uniformados se acercan como de costumbre,   con un leve guiño pasa por su lado: ─ya  saben agentes si tienen algún problema no deben olvidar, la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.

                                              ©María José Mérida 

Película: Una noche en la ópera, de Los Hermanos Max.
Frase: La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.




domingo, 1 de mayo de 2016

RELATOS MaF:MARI ÁNGELES PULIDO, PÚRPURA, LUZ, CÁMARA: ¡SE ESCRIBE!


PÚRPURA


                                           (Imagen de Internet)



Brígida salió corriendo de casa en cuanto supo que vendrían a buscarla para quemarla en la hoguera.
Cuando los enviados del Inquisidor llegaron a la choza, el caldero de sopa aún estaba caliente.
No dudaron en salir tras sus huellas pero estas desaparecieron en cuanto se adentraron en el temido Bosque de las Almas.
Ninguno quiso admitir su pavor. Se separaron para rastrear por distintos lugares pero nunca volvieron a reunirse ni jamás regresaron a sus casas.
Los vecinos preparaban la pira en el centro de la aldea, estaban ansiosos por ver arder a la bruja y comprobar cómo el demonio que habitaba en ella volaba hasta el infierno.
Recordaron cómo vaticinó que el caballo del herrero mataría a su dueño pisoteándolo hasta destrozarlo o cómo el bebé de doña Úrsula se ahorcaría con el cordón umbilical antes de nacer.
Todo estaba listo, pero los enviados del Inquisidor tardaban en volver y el vecindario se impacientaba mientras mascullaban rezos.
Una columna de humo ascendía desde el bosque y se esparcía por el aire. El cielo se tornó púrpura en pocos segundos mientras los vecinos se persignaban atemorizados. El púrpura impregnó las paredes de las casas y el suelo de los caminos. Tiñó los rostros y las manos que parecieron ensangrentados. Una anciana estalló en gritos:
─ ¡Es ella que nos envía otra desgracia!
Un tímido adolescente, con la cabeza baja, contestó:
─No es ella. Son “otros”. ¡Dejadla en paz!
Todos rodearon al joven esperando que explicara esas palabras.
─Hablé con ella una vez. La veía a menudo hablando sola.
Le pregunté cómo podía profetizar las desgracias, y entonces supe que “otros” se lo anunciaban, “otros” que injustamente fueron quemados en la hoguera.
Ella me susurró al oído: «En ocasiones, veo muertos»


                                               ©Mari Ángeles Pulido


Película: El sexto sentido
Frase: En ocasiones veo muertos