miércoles, 26 de octubre de 2011

Día Internacional de la Biblioteca: Clara Sánchez, Lo que esconde tu nombre

Clara Sánchez, Lo que esconde tu nombre

Con motivo del Día Internacional De La Biblioteca, el Centro Andaluz de las Letras invitó a  los Clubs de Lectura de la provincia a un encuentro con la escritora Clara Sánchez, para que nos hablara de su último libro, Premio Nadal 2010, Lo que esconde tu nombre.
Según la reseña de la editorial es una novela sobre la memoria y la culpa, un relato de terror que no necesita de elementos sobrenaturales para provocar escalofríos.
Yo no diría tanto, una vez que la he leído.
 Está escrita utilizando dos narradores primera persona que se  turnan para dar su versión objetiva de los mismos acontecimientos, por lo que a la vez que engancha, crea intriga en el lector,  resulta repetitiva.
Crea muchas expectativas al principio, con el personaje de Julián, un caza nazis desahuciado por los médicos, que viaja a España tras recibir una carta de Salva, un antiguo amigo suyo con el que estuvo recluído en un campo de concentración.  Conoce a Sandra, una joven inmadura que no sabe muy bien lo que quiere hacer con su vida, y es acogida por un matrimonio noruego (nazi) que acaba contratándola como asistente personal la mujer.  En ese pueblo conviven un grupo de veteranos nazis jubilados, que viven apaciblemente y sin llamar la atención,  y se dopan con una especie de ampollas para la eterna juventud, son ricos,  y parecen  buena gente.
Lo que me extraña a lo largo de toda la novela, es que no pase nada contundente, es decir, que aunque Julián los sigue, los investiga, les amenaza, se pone en evidencia, (no le hacen nada aunque lo tienen controlado) nunca llega a ir a la policía, ni a ninguna organización anti-nazi que pueda ayudarle en su propósito y en más de una ocasión pone en peligro a Sandra,  dejándose ver con ella en un pueblo pequeño donde todo se ve y se sabe.
Es de lectura fácil y entretenida; pero también hay algunos detalles no creíbles.  A la trama en general se le podría haber sacado mucho más jugo (clínicas ginecológicas, la chica embarazada, el elixir de la juventud, cita la película “La semilla del diablo”). A medida que avanza la lectura el final va decayendo; y la intriga creada desde el principio y que tiene atrapado al lector, decepciona con un desenlace edulcorado y bastante absurdo. Pero en sí,  como novela de entretenimiento, se puede recomendar.
Aprovecha para hablar de temas transversales (falta de culpa, relaciones humanas, juventud, vejez…) crea expectativas  que dan para un final emocionante,  pero que se pierden en la nada, no sé si tendrían algo que ver las cartas amenazadoras que recibió la autora.


Entrada compartida en el blog: Leo y comento

lunes, 24 de octubre de 2011

Andrés Neuman "Hacerse el muerto"



El miércoles 19 de octubre en el CAL de Málaga, asistimos a la presentación del último libro de relatos de Andrés Neuman, “Hacerse el muerto”  de la editorial Páginas de espuma, junto con mis amigas y compañeras del grupo de escritura Punto y Seguido: Inmaculada Reina  e Isabel Merino.
La presentación fue a cargo del escritor y periodista Guillermo Busutil. Dijo que conocía a Andrés desde hacía muchos cuentos y nos contó esa historia haciendo un juego con los diferentes títulos de los cuentos y la forma particular que tiene de narrar Andrés, sobre todo en los finales, donde el desenlace no es el que espera el lector, es un salto al vacío. Con su manera de hacerse el muerto, de sobrevivir, habló  sobre el relato de los zapatos de su padre, "Nada se pierde pensando y menos si uno lo hace  mirando los zapatos vacíos de su padre muerto. Los zapatos que nos identifican, cuya piel tiene memoria..."  palabras de  Guillermo junto a un Adrés  que le miraba emocionado.
Después intervino Neuman, que desgranó y leyó algunos de los relatos del libro. Nos contó  que el humor es la última herramienta de defensa que nos queda, como la carcajada es a la tristeza o la euforia a la depresión. Leyó un relato y nos dijo  de cómo  su madre le enseñó a “disfrutar de los errores”. Otro de anuncios por palabras y cómo puede una persona definirse en tan poco espacio. Del amor como una lista de renuncias compartidas más que una lista de hazañas. Y nos preguntó si la literatura no sirve para nombrar lo más incómodo, o lo que más duele ¿para qué sirve? Que el pudor y la duda es una especie de energía que conviene economizar, escribir rozando los límites de todo, sin olvidar el pudor.
Alguien le preguntó sobre la diferencia entre INCONGRUENCIA,  CONTRADICCIÓN  y  PARADOJA,  a lo que le respondió  con mucha soltura, al final resumiendo que le gusta contradecirse.
Le pregunté en qué se encontraba más cómodo escribiendo, si  el cuento o la novela. Ahí me dijo que el cuento es el placer inmediato, el asombro que no tiene que ser un mecanismo de relojería donde todo encaje a la perfección. Sin  embargo en la novela se convive más tiempo con los personajes, pueden pasarte sucesos en la vida mientras la lees o la escribes que hacen que cambies. Que es levantarte por las mañanas y saber que tienes una cita con unos personajes que te esperan.  La novela te acompaña a lo largo del tiempo.
Que a veces mientras escribe novela si se bloquea,  escribe cuento o poesía, que escribir varios libros a la vez le produce menos presión, es como leer varios libros. En la novela dijo que no era tan dura la corrección como en el cuento, porque casi todo el trabajo estaba ya hecho. Pero que si se deja de escribir es muy difícil volverla a retomar.
Al final esperamos cola para que nos firmara el ejemplar e intercambiamos un “Cuando vivíamos aquí”, mientras fuera le esperaban con paciencia, casi desesperados: Antonio Soler, Pablo Aranda, su editor de Páginas de espuma, el director de diario Sur, entre otros...


martes, 18 de octubre de 2011

Las razones del corazón



En el blog El hogar de las palabras, encontré una reseña sobre esta película. Me llamó la atención que fuera una adaptación mexicana,  de la novela Madame Bobary en versión actual y me atrajo la crítica y la temática.
Esta película no es de las que se va a pasar un rato entretenido y ameno. No sé si resulta más  dura  por el contraste del blanco y negro, los primeros planos, o la banda sonora, además de la historia en sí, que son implacables con el espectador.  Hubo un momento en que sentí ganas de abandonar la sala, que se me revolvieron los sentimientos ante lo que me iba mostrando, con lentitud esta película Arturo Ripstein.
Una mujer angustiada por el rechazo de su amante, que vive en un ambiente sórdido, con unas relaciones familiares desangeladas. Todo ello expuesto  de forma visceral y austera.
Locura de amor, pasión obsesiva, que Ripstein sigue por los distintos pisos de un edificio decadente, observando con una cámara que registra en largos planos la debacle vital.
Todo muy intenso, alimentado por ingobernables destinos, al límite entre la emoción contenida y la sobreactuación.

Sinopsis:
Emilia, ama de casa agobiada por la medianía de su vida, su marido fracasado y su maternidad agobiante y mal llevada, siente que se le derrama el vaso de la vida. El mismo día que la abandona el amante, la tarjeta de crédito con la que ha jugado al gato y al ratón por meses la embarga. Ante su departamento vacío y desolado decide tomar una decisión irrevocable: el suicidio.

Dirección: Arturo Ripstein, 2011

viernes, 14 de octubre de 2011

El camino de los ingleses, en Archidona Cinema





Levo días leyendo la novela de Antonio Soler, El camino de los ingleses. En silencio, imaginando cada personaje, cada paisaje, locales y las calles por  dónde he pasado más de una vez. Disfrutando de cáda cada capítulo, de cada párrafo.
El libro lo leí por primera vez en 2004, cuando salió al mercado. Entonces  creo que no lo entendí bien, me gustó la historia de esa amistad de juventud, pero no mucho vi más allá.
Ahora en la relectura he encontrado otro libro distinto, plagado de una prosa casi poética ,sin dejar de ser precisa y clara, llena de imágenes, de sentimientos de ilusiones que viven durante un verano un grupo de amigos junto a los personajes que les rodean. Habla de la condición humana, de las relaciones, del amor y la violencia, de la vida misma. 
La película bastante fiel a la novela, nos sorprende con una banda sonora que desde el primer momento seduce al público, una fotografía y unas imágenes que van relatando esa esencia de la amistad, de la valentía y la lealtad.  De las ilusiones rotas, de los sueños incumplidos. Una película que te pude gustar o que puedes odiar, pero nunca te dejará indiferente.

Desde aquí quiero hacer llegar el agradecimiento de nuestro Club de lectura a los organizadores de Archidona Cinema por invitarnos al evento, al club de lectura de allí, a Antonio Soler y Antonio Meliveo por responder con infinita paciencia, a nuestras interminables preguntas.



miércoles, 12 de octubre de 2011

La bici


Desde mi ventana se escucha un grillo cada anochecer. Es raro en una ciudad llena de rascacielos , desaprensivos y tráfico, dónde apenas quedan ya árboles ni plantas, se pueda oír un sonido así.
Proliferan los vándalos y los carriles bici. Por encima de las aceras, por delante de las paradas de autobús. Cada vez veo más personas circulando con su bicicleta, supongo que solo valen para pasear, ida y vuelta a casa sin parar. En los lugares públicos no hay dónde aparcarlas.
Me duele cuando la veo así, atada a una la farola, desvencijada. No me extraña que el grillo se haya callado.

jueves, 6 de octubre de 2011

Vuela


Una palabra es un pájaro en mitad de una página. Es el infinito. Tú eres una palabra en medio de una hoja en blanco puedes volar hasta donde quieras. Vuela. Vuela antes de que la página pase o el cielo se oscurezca. Antes de que sea noche.

Del libro de Antonio Soler "El camino de los ingleses"

El próximo 13 de Octubre, Blas nos ha invitado a visitar Archidona y participar en el ciclo Archidona Cinema. Veremos la película "El camino de los ingleses" basada en esta novela que hemos leído junto al club de lectura de Archidona.

lunes, 3 de octubre de 2011

Anuncios: Se busca



Se busca compañe@ de piso, se alquilan habitaciones.
Se busca alguién que me escuche cuando necesito hablar, que lo haga con atención y no de consejos inútiles que no pienso seguir.