lunes, 2 de junio de 2014

A la velocidad de la luz




A la velocidad de la luz


Por Loli Pérez

Pensaba en ti, ensayando lo que te diría cuando volviéramos a hablar, imaginando cómo sería lo nuestro cuando volviera. Llamé a casa pero nadie respondió. Sin saber muy bien por qué, lloré hasta quedarme adormecida sobre la cama. En ese momento no sentía rencor, ni rabia, tal vez solo miedo. Esos días eran un aplazamiento, como cuando esperas en la sala de un hospital a que te den un diagnóstico. A pesar de los errores, quería que todo siguiera como siempre, quería volver y que estuvieras esperándome, ahora lo sabía.

Si te apetece leer el relato entero desde el principio, pincha aquí 

4 comentarios:

  1. Lo he leido un poco deprisa porque voy mal de tiempo pero me ha gustado.

    Un abrazo

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    1. Gracias Chelo, así es la vida hoy en día, siempre con prisas.

      abrazos

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  2. Enhorabuena, Loli, por ese accesit. Un relato tremendamente triste en el que consigues un tono que se incrusta en el lector de "mediana edad". Creo que no nos preparamos para el nido vacío. Cuando la mujer ha dedicado toda la vida a la crianza de los hijos y no logra mirar con "distancia" no disfruta nunca del trabajo realizado. Han sacado adelante a los hijos, objetivo cumplido. En ese momento se miran y ven que la vida ha pasado, no la han disfrutado "para ellas". En fin, muy común lo que cuentas. Me alegro de leer un relato tuyo y te animo a que sigas escribiendo. Cuando "caigo" en esa situación que describes miro alrededor y me acuerdo de los amigos que se han quedado por el camino, de los jóvenes que se han perdido, en fin, valoro lo alcanzado y siempre me alegro de estar. Nos leemos.

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    1. Ximens, gracias por los ánimos para seguir escribiendo. Espero que el próximo sea más divertido, a ver.
      Y por supuesto, nos leemos.

      Abrazos

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