martes, 20 de mayo de 2014

Argucia

Para la noche en blanco en homenaje a García Márquez, convocadas por Cristina Consuegra, un grupo de sus alumnas y amigas, escribimos un relato con la siguiente consigna: extensión quinientas palabras, que empezara y terminara con las frases en negrita pertenecientes a la novela Crónica de una muerte anunciada.

                                Imagen de Polanoid

El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar, se levantó a las cinco treinta de la mañana. Se preparó un café bien cargado y encendió un cigarrillo. Había sido una noche de esas en que los ojos se niegan a cerrarse y la mente es como un remolino volteando una y otra vez el mismo asunto.
 Bayardo San Román, se había casado el día anterior con Ángela Vicario. Ellos, lo acordaron así, ambos se casarían con muchachas de poca fortuna para mantener las apariencias en aquel pueblo decadente. Santiago, aún ignoraba que Bayardo se había arrepentido la misma noche de bodas y había devuelto a Ángela a casa de su madre. Aplastó la colilla destrozándola con la punta del zapato y dio un sorbo al café ya frío, que le supo amargo.
Escribió una carta a Bayardo, dónde le pedía y le daba explicaciones a la vez, donde le reiteraba sus sentimientos, sus miedos y sus dudas, donde le rogaba que abandonase a Ángela. La leyó varias veces y haciéndola una bola, la lanzó sobre las brasas que agonizaban en la chimenea. El papel se encogió, ennegreció y desapareció en una llamarada efímera. En ese momento tuvo un mal augurio, pero sacudiendo la cabeza lo descartó.
 Decidió salir a caminar un rato para cansar las piernas y calmar los ánimos. Aún titilaban las últimas estrellas y la luna blanquecina colgaba del cielo mostrando su sonrisa vertical. Hacía fresco, se levantó la solapa y encogiendo ligeramente los hombros, aligeró el paso. Aspiró el olor de las almendras amargas que impregnaba el aire. Al día siguiente se marcharía de aquel pueblo decadente, dónde no pudiera ver la casa de la colina, ni los ojos traicioneros de Bayardo San Román.
Paseó por las calles desiertas, llegó a la colina dónde estaba la casa de los recién casados y levantó la vista hasta el balcón del dormitorio. Bajo la luz tenue, oscilaba una sombra. Se agachó y cogió un guijarro para lanzarlo contra el cristal, pero se detuvo al ver más sombras agitándose en el dormitorio. Apretó el guijarro dentro del puño y sintió como las aristas ásperas, le herían la línea de la vida. Lo tiró contra el suelo y rebotó varias veces sobre el pavimento. Santiago Nasar se alejó por la vereda, cabizbajo, pateando el guijarro y con las manos metidas en los bolsillos.
En las casas del pueblo empezaban a brillar las primeras luces cuando llegó junto al río y se sentó bajo el castaño centenario, donde solían quedar en secreto. Encendió otro cigarrillo y escuchó el silbido de Bayardo San Román. Hablaron de hombre a hombre y se abrazaron largamente. Bayardo le contó sin entrar en detalles, que había inventado una argucia para deshacer su matrimonio sin levantar sospechas y podrían huir juntos en cuanto Santiago Nasar se despidiera de su madre.
Después entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis, y se derrumbó de bruces en la cocina

                                           © Loli Pérez

viernes, 9 de mayo de 2014

44 EDICIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO DE MÁLAGA


La feria del libro es un acontecimiento literario y cultural en el que se pone en candelero el pulso cultural de la ciudad.

Este año he escuchado decir que hay pocas casetas, y es verdad que cada vez van quedando menos libreros que se embarcan en esta aventura de la que lo más probable es que se lleven una deuda para todo el año, y no es de extrañar dado el elevado impuesto que tienen que pagar al Exmo. Ayuntamiento por estar allí presentes esos días, la friolera cantidad de setecientos euros si están asociados ..... o más si no lo están o son instituciones.

        Desde aquí lanzo un grito en apoyo a todos los libreros, para pedir que les concedan más ayudas o no les cobren ese elevadísimo importe por estar allí, además quiero pedir que se reconozca el  sacrificio que hacen por estar presentes en la feria, por hacer ver que en nuestra ciudad, existe una gran cantera de autores de gran calidad literaria, pido que se le facilite contar con este espacio para presentar sus libros, para que sea un punto de encuentro con los lectores, dónde firmar y conversar sea uno de los alicientes entre escritores y lectores. 
Sé de buena tinta que para cada una de estas las librerías, supone un enorme esfuerzo tanto económico como físico, no sólo por tener el  desplazarse, dejar la librería bajo mínimos, por eso agradezco desde aquí  la ilusión  y la apuesta que cada día hacen por el libro.



             Ha habido encuentros con autores, mesas redondas dónde se ha hablado del periodismo y la literatura, de poesía, sin olvidar el homenaje a María Victoria Atencia, que también ha recibido en estos días el premio Reina Sofía Iberoamericano de Poesía, autores conocidos y noveles que han presentado y firmado con toda ilusión sus libros.




       Encuentros de alumnos de institutos del palo y otros puntos de la ciudad, con la poesía, Isabel Bono y Cristina Consuegra compartimos una mañana hablando del último libro de Isabel Bono, Hojas secas mojadas, una selección de los pensamientos poemas de su blog Hojas secas mojadas.







 En un tiempo en que el libro se encuentra en pronóstico reservado, (no hay más que ver la escultura que preside la feria, con ese contenedor lleno de escombros o eso es lo que me sugiere, ese montón de libros tapados con una red para no tocarlos).

Entre la crisis y la irrupción del libro electrónico, elementos que han hecho que decaigan las ventas de libros y que suban los precios de los mismos, me da tristeza que no asistan muchas de las pequeñas y grandes librerías que tanta ilusión ponían en este evento anual,(Lafer, Argé, Librito, Casa del libro) y que a los que se arriesgan a ir se les note la desesperación (aunque intenten disimularlo) cuando ven pasar a los viandantes por por delante de su caseta, sin pararse siquiera a ojear su oferta de libros en la que tanta ilusión y esfuerzo han puesto.





  Hace unos años,  podía permitirme comprar algunos de mis libros preferidos y aprovechar el descuento de la feria, pero ahora confecciono una lista con los que quisiera y voy eliminando uno a uno los que creo que podré sacar de la biblioteca, dejo alguno de un autor preferido, vuelvo a anotar uno de los eliminados, anoto otro de los que he leído de la biblioteca y que quiero regalar, porque eso sí, en vez de perfumes, accesorios o ropa, cuando regalo algo, regalo libros.

En el libro electrónico se lee bien, porque puedes elegir el tamaño de letra y ocupa poco espacio, pero a mí me gusta pasar las páginas, marcarlas, buscar el libro cuando quiero encontrar una cita que me inspire, cuando quiero volver a conversar con el autor, por eso creo que los de papel seguirán siendo irreemplazables, por eso desde aquí pido al Ayuntamiento y demás Instituciones que ayuden al libro y a los libreros para que este maravilloso instrumento no desaparezca.





Con Isabel Bono, Cristina Consuegra, Lola Clavero el martes séis de mayo.




miércoles, 7 de mayo de 2014

Noticias del frente, Guillermo Busutil




“Los domingos acostumbro a descansar de las batallas. No me afeito. No leo el parte de bajas ni abro ninguna ventana desde la que se vea el humo del frente y sus fantasmas. Tampoco armo la palabra y  la disparo. Sé que la guerra sigue. La mía, la de los otros. La del país, la del mundo.”


Como un francotirador solitario Guillermo Busutil, dispara sus  palabras en forma de balas contra la crisis, en la batalla declarada a la realidad. La actualidad se viste de literatura, o la literatura se inunda de actualidad. Certero, atento y sagaz, convierte el teclado en una granada.

En Noticias del frente, muestra la clara intención cambiar el mundo con la palabra, haciendo pensar, razonar y que nos cuestionemos lo que está pasando. Somos muchos los lectores que cada domingo esperamos ávidos su literatura envenenada de realidad, en estos tiempos en el que el miedo va poniendo una mordaza a los medios de comunicación, a los que se atreven a alzar la voz y decir la verdad. Hemos visto como han destituido a directores legendarios, han despedido a enormes veteranos y rellenado el vacío con becarios que confunden un premio literario con el apellido de un tenista. 

"Despedidos los adjetivos también, solo nos quedan los verbos infinitivos menos tres: confiar, sonreír y preguntar. Se pueden llevar en la cartera, como si fuesen la foto que sobró del carné de identidad, la fotografía familiar o la que se mira a solas cuando sucede en nuestro interior la quimera o la nostalgia, pero en el lenguaje público no se pueden utilizar."

Supongo que no habré sido la única lectora que le haya pedido a Guillermo Busutil, en más de una ocasión, que pusiera esos relatos de su columna del periódico La Opinión de Málaga en un libro y me alegro de que, por fin, vea la luz.



  
   En estos tiempos en que el libro tiene un pronóstico reservado, sorprende que se llene y falte sitio en la sala en la que se hace una  presentación, una tarde de primavera en la que se emite un partido de fútbol de esos que dejan las calles desiertas, donde la cultura va perdiendo cimientos gracias a las leyes que le ponen trabas y a la desidia ciudadana. Es una alegría que la sala estuviera abarrotada, llena de amigos y de lectores, que tuvieran que habilitar otra contigua y se pudiera presentar este libro de relatos sobre la realidad, un homenaje al oficio cambiante de escritor y periodista en el que mantener el tipo es cada vez más complicado.
   

“La realidad tiene un roto. No es un siete ni un cero desfigurado. Tampoco es un corte ciego ni el gemido de una grieta. Es un roto. Cuadrado, rectangular, perfecto.”





Lo presentaron Juan de Dios Mellado y Teodoro León Gross (otro francotirador de palabras). También asistió el Exmo. Alcalde D. Francisco de la Torre.